Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en la https://franceshawj703311.blog5.net/86688701/cómo-reaccionaron-los-jugadores-al-cabezazo-de-zidane